11.5.04
Estómago
Me lo debía. Tomar un cafe, sentado, tranquilo. La Avenida de Mayo estaba tan coqueta con su sol de otoño, que invitaba a hacerlo. Es que acelero tanto, tengo tantas urgencias, que los oidos se me cierran ante ese tipo de invitaciones. Debería dejar de ser tan boludo, no? La oficina sigue igual, sobrevivió a mi ausencia. Su trajín, su máquina aniquiladora de aristas, su cotideana normalidad. Debería dejarla más tiempo sin mí y así me irían muchos de estos incómodos dolores estomacales.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)




No hay comentarios.:
Publicar un comentario