Me senté del lado del sol, estaba calentito, tendador. Cerré los ojos. Al rato, cuando ya me empezaba a quedar dormido con el bamboleo, los ojos me empezaron a llorar. Intenté aguantar pero no pude. Me corrí a la sombra y el frío no me trató bien. Volví.
Necesidad de calor, calor, exceso, llorar, frío, ¿volver?, volver. Todo eso no sería La Mujer.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario