
Era el recital en homenaje a los bomberos y a las fuerzas de rescate por el tema de 11S. No había público, digamos, civil. Solo uniformados. El clima era obviamente yanqui. Raro, medio efusivo, medio respetuoso. Excesivamente yanqui como acostumbran. Empalagaba tanto rojo, tanta estrella.
El inglés estaba sentado cuando empezó el eventó, ahí enfrente a todos. Sólo con un teclado y su microfono. Y la voz acariciando el viejo tema de Simon & Granfunken, America. Si alguien me pregunta alguna vez la definición de "Presencia", yo voy a decir David Bowie.
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