Recomiendo otra vez Zama (antonio di benedetto), ahora que ya lo terminé. Dice cosas como:
-Ningun hombre desdeña la perspectiva de un amor ilicito. Es un juego, un juego de peligro y satisfacciones. Si se da el triunfo, ha ganado la simulación ante el interesado tercero y contra la sociedad, guardiana gratuita.
-Dios había nacido anciano y no podía morir. Su soledad era atroz. Aciaga.
Como un dios no puede crear dioses, pensó crear al hombre, para que éste los creara.
Creó entonces la vida. Pero antes de crear al hombre, hizo las culebras, los gérmenes de la peste y las moscas, dio fuego a los volcanes y removió el agua de los mares. Precisaba extirpar el tormento y cierta cólera que la soledad había puesto en su corazón.
Después realizó una obra de amor: el hombre y lo rodeó de bienes.
Pero el dios fracasó, porque el hombre creó multitud de dioses que no miraban bien al primero y no sólo se repartieron el universos, sino que algunos de ellos impusieron hegenonías. El mayor fracaso de dios consistió en que podía ver al hombre, pero el hombre no podía verlo a él, no podía devolverle ninguna de sus miradas enternecidad de padre.
-Comprendí que era yo, el de antes, que no había nacido de nuevo, cuando pude hablar con mi propia voz, recuperada, y le dije a través de una sonrisa de padre:
No has crecido... Y a su vez, con irreductible tristeza, él me dijo: Tú tampoco.
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