Liniers

En Liniers hay un paredón como el de Pink Floyd. Es gris y no blanco, y mide unos 8 o 10 metros. Más quizás, menos no creo, aunque nunca fui bueno en esos cálculos. Tomo como referencia las pintadas que los pibes le hicieron, pintadas apretadas, coloridas pero que por lógica no superan los 2 metros y tanto. El resto de la pared es gris y simétrica. Sus rectángulos parecen anunciar victoria -la de ella- y aplastamiento.
Las pinturas son esas letras raras, tipografías como malavares, enrarecidas curvas y contracurvas, concentricas y apasionadas. Nunca pude entenderlas, sin embargo de una manera extraña me agradan. Las letras cubren toda la base del paredón y en altura no superan los dos metros y tanto. Una mirada pesimista diría que el arte no llega a los 3 metros. Y viendolo así -el resto del paredón es mucho y es gris-, quizás es cierto. Gris, apabullantemente gris. Así es Liniers: dos metros y tanto de arte, de color y el resto...