Cosas de viaje

Una nueva.
Me caí. O mejor dicho, me tiraron. O siendo más específico, la tiraron a la señora que iba subiendo al tren delante mio y entonces todo fué un demoronamiento gracias a los boludos inadaptados que siempre empujan para agarrar un puto asiento. Ah, todo esto fué subiendo al tren local de Castelar a Once. Un lujo.

En el subte, a modo de descanso, quedé justo enfrente a la puerta y la pared humana que se descomprimió cuando se abrieron las puertas (manuales) no me dejó subir. El anterior subte había sido corto. Tampoco había podido subir. De más está decir que el siguiente también llegó hasta las manos, pero para ese momento ya tenía depurada mi técnica y subí.

Ultima: pasando por la vereda de Banco Nación casa matriz, algo cayó -un pedazo de madera de unos 10 centimetros- dos metros adelante mío cuando desde uno de los pisos de arriba estaban levantando las persianas gigantes esas que tienen.

Un día dificil para el q viaja por placer.

Esta es de ayer, pero no la quería dejar pasar:
Ayer, día de comprar el abono mensual (31 pesitos) del hermoso Sarmiento. Cola hasta la cabeza de la tortuga ida y vuelta. 5, 10 minutos y pasa una vieja, la misma que pide monedas al costado de la ventanilla -esa que se veía a allá a lo lejos, chiquitita- diciendo: para abono no hacer la cola. Hay que ir hasta la boletería de la barrera pq se rompió la máquina!!
Esto es la Argentina. Así esquivamos el subdesarrollo que enquistamos. La vieja ayudando a los empleados (2) de TBA (HDPs!) a organizar el caos (diario) para sacar la cosa adelante aunque sea un día más. Mañana será otro día.
Hay que tener huevos para ser Argento!