Ta bien que juan Domingo se haya mandado más de (una!) cagada pero
por qué no lo dejan morir en paz de una vez!
El sindicalismo argentino demuestra cada vez que puede lo inepto, estúpido, ignorante, sobrador, inútil e incómodo que puede ser. Desde las camperas de cuero o los campos patagónicos a nombre de sus terratenientes, ningún sindicalismo volvió a ser lo que era antes del General.
Antes, existía un sindicalismo socialista. Un sindicalismo pujante y combativo que defendía a los trabajadores desde un lugar importante y no desde el club-con-pileta y el pan-dulce-a-fin-de-año. Ese sindicalismo del Perro Santillán murió. Eso logró Perón. Sindicalizó el sindicalismo. Se lo apropió. Lo hizo gobierno y estado. Apañó a esos señores de panza prominente que rápidamente desaparecieron de las obras, de las plantaciones, del laburo. Y entonces sí, JDP repartió parte de lo mucho que había en nuestras arcas con los pobres (que siguieron siendo pobres) para armarse una envestidura que hasta hoy (ya trés veces muerto) le dura.
La educación del país te lo agredece Juan Domingo. Alguna vez volveremos a ser lo que éramos.
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