Signos de una sociedad:
(declaraciones a la salida del Estado de Chicago, Partido por la permanencia en Primera: Nueva Chica - Tigre, Mataderos, Buenos Aires)
-Los barras bravas ingresaron al campo de juego, supuestamente pasando por el vestuario local.
-Acá la culpa no es de los hinchas que hicieron quilombo, es de los dirigentes y de los jugadores que no pusieron lo que hay que poner.
-Yo le dije a mi hijo, hoy es un partido bravo, mejor nos quedamos en casa. Además él va a ser papá. Yo no lo quiero enterrar por llevarlo a ver un partido de futbol.
-Nos tuvimos que refugiar en el banco de Suplentes. Llovían piedras desde la gente (jugador de Tigre) de Chicago.
-La hinchada de Chicago salió del estado apenas empezó el segundo tiempo para destrozar los micros de Tigre.
-Lo llevamos usando un cartel como camilla. Qué querés sino dejaban pasar a la ambulancia. La cagaron a piedrazos. Después me enteré que se murió en el hospital el hombre. Tenía un golpe terrible en la cabeza.
-El operativo no falló, fallaron los alambrados", dijo Claudio Stábile, jefe del mismo.
-Nos tiraban piedras desde adentro de la cancha, no nos podíamos ir. Había chica embarazada que no la aligó de casualidad.
-No hagas cagadas que no salen de acá! (de Ramacciotti a incitando a Paulo Ferrari, de River, a que errara un penal para que Chicago evitara el descenso, hace 2 semanas, enfrente de las cámaras de TV).
-El humo nos hacía llorar. Me destrozaron el auto, la casa llena de las cosas que tiraban. Un locura. (vecino de Mataderos)
-Enfrente a nosotros, los hinchas cruzaban la General Paz con piedras en las manos. Otros incendiaban un micro. Todos corrían. No entendíamos que pasaban, eran las 7 de la tarde, volviamos de trabajar, sabés lo que era eso?
-El Torito es una pasión, loco. Este es un día muy triste. pero vamos a volver.
" Me tío llevaba puesta la camiseta de Tigre por arriba de la ropa, porque siempre lo hacía, era fanático. Empezaron a gritar y a tirar piedras", recordó el muchacho todavía conmocionado.
Nahuel, el sobrino que se encontraba en el momento de la agresión, indicó que " una piedra vino volando desde costado y le pegó en la cabeza, Cayó al piso y todavía consciente me pidió que me fuera. Casi al mismo tiempo le empezó a dar una ataque, temblaba en el piso y le salía sangre de la cabeza. Corrí para que no me alcanzaran y después un auto me levantó y me acercó hasta San Fernando. Cuando llegué supe que ya estaba muerto".
"Fue una emboscada. Hubo una zona liberada, no puede ser que la gente de Chicago estuviese en la calle antes que los de Tigre, eso se puede ver en las imágenes de la televisión", señaló el familiar de la víctima, quien agregó que a Cejas " una vez que cayó en el piso le siguieron pegando en el piso, hay testimonios de ello".
(Qué habrán dicho los Higuían ( padre e hijo -jugador del real Madrid- ) viendo a Federico inmerso en esa locura que se vivía en un campo de juego invadido por hinchas ennardecidos que corrían a la popular visitante para agredirlos)
(Qué habrán dicho los verdaderos hinchas de Nueva Chicago -un equipo que mostró por momentos un excelente futbol pero que no pudo evitar el descenso- viendo a los idiotas de siempre destrozar SU PROPIO club delante de sus narices, sin que nadie pueda, ni quiera detenerlos)
-Papá, mejor no vamos a ver a River, no? (mi hijo, mirando la tele)
Nota de Ole: (por esta gente ya es imposible ir a la cancha)
La Policía apunta al Gusano, jefe de la brava de Chicago, como quien desató la tragedia. El Gusano se llama Ariel y ya paraba en la barra antes de irse. Cuando volvió a sumarse, a mediados del 2005, lo hizo como segunda línea. Por entonces seguía pisando fuerte el barrio Los Perales, con César, El Chavo, Pichu y Javi a la cabeza. Pero desde el año pasado, los últimos tres se abrieron un poco. Y Gusano, que maneja un grupo grande de Tablada, tomó el poder. Dejó atrás la fe evangelista que dicen que había abrazado en su retiro tucumano y vio la chance de dejar de hacer la calle para ganarse la vida como capo de la barra, con César como su segundo. Lo logró: el presupuesto que maneja se acerca a los 50.000 pesos y manos amigas le acercan 500 entradas por partido, de las cuales la mitad se reparte y la otra sale a la venta a diez pesos. También gerencia las salidas de los micros, cuyo pasaje se cotiza en partidos de visitante en Capital y GBA, a cinco pesitos. Morocho, grandote, siempre vestido con el conjunto TBS oficial de Chicago, desde hace seis meses se lo veía a diario en el club Liberal, ubicado frente a la tribuna visitante del estadio, y también en la sede del Torito, donde por temor o vaya uno a saber qué, nadie le puso freno. Y ahora, ya es tarde para eso.




1 comentario:
sin palabras, ya las dijiste todas...
no se puede creer lo que se ve...
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