
Cien años atrás nacía Don Ata. Musico, viajante, guitarrista, payador. Por haber sido hijo de ferroviario, a Héctor Roberto Chavero le tocó durante años no poder establecerse en ningún lugar de la Argentina. Sin embargo, y sacando partido de eso, Atahualpa Yupanqui enriqueció su cultura en base a todos los reconditos sitios que conoció. De cada uno sacó algo, historia, sabiduría, conocimiento y escencialmente, musica. Su gran amor, la guitarra, habló por él siempre y quedó grabada en la historia del folklore su obra inolvidable.
Atahualpa Yupanqui fue un tipo exquisito y a la vez un indeseado: militares magullaron sus manos a culatazos por las cosas que decía y por su vocación por la defensa del pobre, del pueblo. Sus versos, sus canciones que hablaron del campo como nadie lo había hecho, lo encaramaron en le lugar mas destacado de la musica popular Argentina.
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