Bajá a la calle y adiviná a dónde voy
Acá en esta cuadra hay un millón de espejos rotos
Hojeá mis libros y descubrí porqué lloré por ella anoche
Tuve una alacena y tres copas
Ganas de romper todo
Y el impulso de rastrear sus besos rojos.
Andá pensando como vas a hacer para sanarte
Si cada borde es un destino y cada precipicio una obligación moral
No hagas caso si te muestran el tesoro
Andá sabiendo que ningún brillo dura para siempre.
Si volvés vencido no andes preguntando estupideces
Mejores son los Best Sellers y cada una de esas
botellas que rompiste sin saber cuándo ni cómo
La perfección siempre paga tributo aunque todos te digan lo contrario.
Es difícil hacer cálculos en el desierto
Y siempre inútil el control de cada músculo
El nervio poco sabe de equilibrios
Cuando no entendiste que saber vivir es saber perder a tiempo.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario