
Hoy no hubo musica. Acto deliverado. Quedó el MP en la mochila y me dediqué al silencio. Mañana rara. El viento, la cara de la gente, el sonido de las cosas cuando aún no llegó el bullicio. No la extrañé. Caminé igual que siempre, el camino de siempre y todo seguía en su lugar. Amigado con la calle y sus cosas, entré al edificio y escuché que el ascensor suena cuando va subiendo. Nada del otro mundo. Cosas que uno va cambiando para engañar al tedio.
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