24.8.09

tiempo

Si, ya se que pueden decir. Que todo fue tiempo perdido, que para qué. Todos esos dias, esos momentos que pasábamos sin hacer nada, y todo para eso y nada mas que para eso. Y si después tenía que correr o mentir o hacer esperar, no importaba. No, lo importó nunca. Ahí me sentía libre. Podía estar aprisionado entre minutos y reuniones, y otras estupideces, sin embargo me sentía libre. Sabrán los otros lo que se siente cuando te acarician el pelo? Sabrán que es como sentir que se acomodan las nubes en un rincón del celeste y dejan 
actuar a la luz. 
Y ver a la gente pasar, y correr y pasear, y perder la vida en conjeturas y misiones imposibles. Ver a la gente pasar es mi deporte favorito sabes? Las caras, los detalles, lo que llevan, lo que están por hacer. En sus caras veo el reflejo de las historias, los bordes de palabras, de los dialogos vacios. O llenos de intensiones que nunca serán nuestras. 
Pero no. No perdía el tiempo. Estaba ahí, en el pasto aplastando hormigas, ahuyentando palomas y era yo, y era el mas hermoso yo cuando se daba esa sintonía. Esa sintonía que con vos era como estar callado y hablar en simultaneo, como caminar de prisa y estar miran quieto a las formas blancas del cielo correr indecisas. Eso sí era ganar el tiempo.
Construimos un atlas, un lenguaje, señas y guiños, y un gran diccionario para evitar las reglas y la lógica. Construimos senderos de migas sobre las respectivas pieles, y al fin, cuando deberíamos habernos cansado el uno el otro, surgió lo otro. Y hablo de lo otro así, porque no quiero nombrarlo. Hay cosas que sin definición son eternas estelas de terciopelo en el aire, es como despertarse y tener la certeza de verla en un rato, o el sabor del helado, o el fernet con la boca llena de queso rallado. Uf.
Después el tiempo se fue, pasó de largo y nos dejó desnudos. Y desnudos no supimos qué hacer. Te miré tanto, nos miramos tanto que ni de las razones me acuerdo. Entonces llegaron los fantasmas y los fantasmas siempre llegan con planteos incómodos bajo el brazo. Y ya no supimos, vos cómo ignorar el mal que te hice, y yo cómo queriéndote hacer reír solo logré 
que lloraras.




1 comentario:

Anónimo dijo...

co-rro-si-vo---ya q te gusta tanto esa palabra....