21.9.05
Transporte
Tenía una idea. En serio, no es para reirse! Saqué el cuaderno, luché con mis codos para hacerme espacio (el tren estaba hasta las bolas). La lapicera estaba ahí, dentro del espiral, casi riéndose de esa milagrosa coincidencia (casi siempre q la necesitas, ella es esconde, desaparece, por algo es femenina, LA lapicera, ella, lapicera). Todavía tenía la idea esperando, clara, como pocas veces, mientras abría el cuaderno. Encontré una hoja vacía, las primeras palabras pasaron al papel, me sentía bárbaro con esa necesidad imperiosa de la velocidad, de la urgencia de evitar que todo se pierda (la idea me parecía buena) cuando de golpe la música se apagó (las pilas del diskman siempre se acaban en los momentos más oportunos...) y al lado mio reaparecieron esas dos que hablaban a los gritos de lo mal que le quedaba a Sofía esa nueva pollera rara que se había comprado.
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