
Con todo este quilombo de la Cumbre, del Fuego de Haedo, de los paros de subte, de las tribulaciones de Merlo en River, me había olvidado que dejé esperando a Diego de Zama, sólo en el Alto Asunción del Paraguay a la espera de ser trasladado al Plata y con unas ganas ciegas de trincarse a Luciana después de más de un año de abstinencia y ella que lo histeriquea, la muy turra...
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