24.6.06

Argentina 2 Mexico 1

Otra vez Sábado. Yo tenía que llegar después de los himnos y lo hice, no había que contradecir todo lo que se venía haciendo. Pero me pasé esta vez. Llegué, me senté del lado izquierdo de la tele, y en la pantalla repetían el gol mexicano. No iban 5 minutos y el pato lo iba a buscar a adentro.
No importa, afuera lloviznaba esa garúa triste, pero este día, este sábado de Octavos de Final no podía terminar siendo un día triste. Argentina tenía que darlo vuelta. Esto recién empezaba.
Y nos hizo caso la selección (nos hace tanto caso que por momentos me asusta). Corner de Román, y Borgueti con la ayuda de Crespo (O Crespo con ayuda de Borgueti) empató el partido. Iban 10. El partido volvía a empezar.
Mexico cómodo con su papel de punto, se le atrevía a la Argentina poderosa y le mostraba un dibujo táctico que le incomodaba mucho, más por el sector de Sorin. Y especialmente porque Mascherano no juega bien cuando lo invade Cambiasso, y Cambiasso no juega bien, porque ultimamente es su costumbre.
Acá freno un poco. Yo prefería a Portugal a Mexico. Y quedó bien demostrado porqué. Mexico juega un futbol latino y eso, esa afinidad geográfica y deportiva, los hace impredecibles. Podrían estar jugando un mundial horrible, pero en algún momento, el conejo iba a salir de la galera. Esa inventiva, esa repentinación es nuestra marca registrada como latinos. Y estaba presente.
Mexico fué más durante gran parte de la primera mitad. Le sacó la pelota a los de Pekerman, apuró, obligó y por momentos mereció algo más que ese empate. Tenía un punto debil, su ataque. La falta de potencia en el area rival terminó por equilibrar el partido. Es más, cuando su físico comenzó a mermar, la balanza se torció para el lado de la Argentina.
Abbondanzieri fué otra vez fundamental. Tapó dos muy claras y cortó varios centros que para Mexico, y aún siendo un equipo bajo, eran su mejor -y única- arma. Ayala también fué una pieza irremplazable. Porque fué lo único firme en la defensa. Heinze esta vez estuvo errático y nervioso, y contagió a Scaloni que jugó por la derecha y mezcló buenas con malas. Y Sorín también estuvo mal, porque lo desbordaron siempre, porque no mostró firmeza, porque perdió pelotas faciles y porque se lo vió cansado al final del partido dando muchas ventajas.
El medio también mostró una mala imagen. Mascherano no hacía apié y el Cucho no paraba a nadie. Maxi Rodriguez aportaba mucho impetu pero Mexico ponía a varios por su sector y terminaba perdiendo siempre por superioridad numérica. Román la quería, la pedía, quería aquietar el frenético movimiento azteca pero o no daba bien los pases o lo comían por su lentitud. Arriba Saviola quería pero lo anticipaban y Crespo no paraba de recibir pelotazos que más que intenciones ofensivas parecían excusas para tirar la pelota bien lejos, para que no volviera por un rato.
Con ese panorama, Argentina no estaba bien. Le pesaba su favoritismo. Pero a su favor puedo decir que aún así no le llegaban a generar un peligro tangible. Por eso, y gracias a su paciencia, de a poco fue haciendo pié y dividiendo el control territorial que hasta ese momento era todo verde. Promediaba el segundo tiempo cuando Pekerman se decidió a arriesgar. Y puso a Tevez, a Messi y a Aimar. Mexico en ese momento ya era una sombra del que había sido y se dejaba atacar tratando de meter alguna replica. O algún milagro. Lo tuvo Saviola y la sacó el arquero, lo tuvo Tevez y un resbalón (otra vez?! ) le hizo perder un segundo vital, lo tuvieron (lo hicieron) Messi y Tevez y un error del arbitro anuló mal el gol por un supuerto offside. Ya se acercaba el final cuando ambos equipos decidieron no arrisgar mas y mantenerse. El alargue pintaba para complicado y las piernas no respondían.
Argentina fué más ambicioso porque sabía que tenía mucho más calidad en campo que el equipo mexicano y más resto físico también. Mascherano entonces se acordó del porque e su apodo y se hizo jefe en medio de todos y empezó a cerrarles los caminos al rival. Los lujos tenía que aparecer, algun toque maestro, una habilitación milimetrica, una corrida electrizante. Pero no. Con Tevez (lo mejor en el ataque), con Messi (individualista), con Aimar (rapido, seguro pero poco gravitante), con Riquelme (discuntinuo, errático) intentando, fué Maxi (la fiera) el que logró la gloria. La paró con el pecho en el borde del area grande entrando por la derecha y la empalmó de zurda -una volea deliciosa- y puso el 2 a 1. Golazo. Histórico. Por mucho tiempo vamos a hablar de ese zapatazo increíble de Maxi rodriguez que llevó a la Argentina a Cuartos de Final. Lo merecía.

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