De las tantas cosas que se dijeron de él, lo del Barrilete Cósmico del relato de Victor Hugo Morales me parece lo más creativo lejos. Me acuerdo de ese día, me acuerdo del tendal, de la velocidad de la jugada que también fué increíblemente interminable, lenta y emotiva, como el suspenso de Hitcotch, en mi memoria, de ese gol que no nos atrevimos -por un segundo también eterno- a gritar porque no lo podíamos creer real. Esa victoria misma no podía ser real. Maradona fué real. Y Argentina ganaría dias después la Copa de Mundo gracias es ésta y a otras históricas victorias. Fue un 22 de Junio de 1986 en el DF mexicano.
Ah, y también hubo una mano de dios.
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